Se publicó en el Boletín Oficial de la Nación la Ley 27580, que aprueba el Convenio 190 sobre la eliminación de la violencia y el acoso en el mundo del trabajo, adoptado por la Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) el 21 de junio de 2019.
La Ley fue sancionada el 11 de noviembre en el Congreso, y convirtió a la Argentina en el tercer país del mundo en ratificar el documento, que abarca no solo las acciones que se desarrollen en el espacio físico de trabajo, sino también las comunicaciones relacionadas con éste ámbito, en particular las que tienen lugar mediante tecnologías de la información y la comunicación.
El convenio 190 afirma que la violencia y el acoso en el mundo del trabajo «pueden constituir una violación o un abuso de los derechos humanos, y que la violencia y el acoso son una amenaza para la igualdad de oportunidades”, al tiempo que reconoce que las mujeres son las más expuestas a la violencia y al acoso laboral, en particular, quienes se encuentran en situaciones más vulnerables, realizan tareas nocturnas o son migrantes.
La violencia y el acoso en el mundo del trabajo repercuten en la salud y en la seguridad de los y las trabajadoras. La sensibilización sobre la magnitud del problema ayudará a reducir las muertes y accidentes de trabajo. Pero, para promover conciencia y una cultura preventiva se debe saber a qué nos referimos cuando hablamos de violencia y acoso laboral.
El convenio N°190, entre otras cosas, señala la violencia doméstica y la necesidad de mitigar su impacto en el mundo laboral. Expone que la violencia y el acoso son una amenaza para la igualdad de oportunidades y que pueden impedir que las personas, en particular las mujeres, accedan al mercado de trabajo o progresen profesionalmente. Esto se vincula con los datos que entregó el informe sobre la situación de género en el sistema de riesgos del trabajo, del 3er trimestre 2019 de la SRT, del que surgió que la brecha salarial entre varones y mujeres supera el 20%.
La violencia y el acoso laboral se expresa de diferentes formas y en distintos ámbitos. No distinguen ocupaciones, ni sectores sociales, ni modalidades de trabajo. Las formas pueden ser físicas, hasta psicológicas o sexuales. Si se reproduce la discriminación y se niegan derechos, se está infligiendo violencia. Si se excluye, se margina, se estigmatiza o maltrata, se está ante situaciones que deben ser denunciadas.
Esta problemática tiene repercusiones no sólo en quien la sufre, sino también en el grupo de trabajo, la institución y la sociedad en su conjunto. Sufrir violencia y/o acoso laboral afecta el estado psíquico y físico de la persona, pero además puede llevar la disminución de la productividad, el desaprovechamiento de capacidades y a consolidación de la discriminación.
Desde la SRT se promueve la creación y la promoción de una cultura de trabajo segura y saludable y, para ello, se debe contar con relaciones iguales, justas y libres de violencia en el mundo laboral. En este sentido, abordar la violencia y el acoso en el mundo del trabajo es concientizar y promover un entorno de trabajo sano. No tolerar más situaciones de violencia laboral es trabajar en la orientación, formación y sensibilización; asumir el compromiso de fomentar un mundo laboral integrado y que tenga en cuenta las consideraciones de género.
El presente que nos toca transitar, con una crisis mundial provocada por la pandemia del covid 19, es una oportunidad para reflexionarnos y plantearnos qué futuro deseamos. Un mundo del trabajo sin violencia y acoso depende de una construcción colectiva y es necesario para que todos y todas podamos habitar un ambiente laboral fundado en la dignidad y el respeto.